la-inutil-jactancia-del-malvado

Del maestro de coro. Instrucción de David, cuando Doeg el edomita fue a contarle a Saúl que David había estado en la casa de Ahimélec.

¿Por qué presumes de tu maldad, oh poderoso?
Constantemente piensas en atacar al justo;
tu lengua es traicionera como un cuchillo afilado.
Prefieres lo malo a lo bueno,
prefieres la mentira a la verdad.
Lengua embustera,
prefieres las palabras destructivas;
pero Dios también te destruirá para siempre:
te tomará y te echará de tu casa; te quitará la vida.
Los que obedecen a Dios, verán esto y sentirán temor;
pero se burlarán de aquel hombre, diciendo:
“Miren al que no busca protección en Dios;
al que confía en sus grandes riquezas
y persiste en su maldad.”
Pero el justo es como un olivo verde
en el Templo de Dios;
¡siempre confiará en su amor!
Oh Dios, siempre te daré gracias por lo que has hecho;
esperaré en Ti delante de tus fieles,
porque eres bueno.

Salmo 52.