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Vademécum de Apologética Católica

Muchos son los que dicen sin pensar demasiado que “no necesitan a la Iglesia Católica para interpretar las Escrituras” y lo dicen sin saber que, justamente, recibieron las Escrituras de esa misma Iglesia.

Los ‘cristianos bíblicos’ dedican mucho tiempo a la lectura de las Escrituras y eso es loable. Sin embargo ellos viven en la más profunda ignorancia de los orígenes del canon de las Escrituras. Es muy importante saber de dónde y cómo llegaron las Escrituras a nuestras manos, porque al saber quiénes organizaron las diversas partes de las Escrituras en una sola colección, nos puede ayudar a interpretarlas mejor. Si es como dicen los ‘cristianos bíblicos’ que la Iglesia Católica interpreta mal las Escrituras ¿por qué habría de hacerlo mejor a la hora de componer el Canon? Esto puede parecer una proposición peligrosa, sin embargo es el mismo Jesucristo el que dijo:

Mateo 7:15-20 — Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.

Lo que esos ‘cristianos bíblicos” dicen es que de un árbol que ellos juzgan podrido (la Iglesia Católica) ha salido lo que ellos juzgan un fruto excelente: una Biblia infalible e inerrante en todo, menos en los libros que ellos juzgan “apócrifos.” Si parece un razonamiento torcido es porque lo es.

Entre los temas que dividen a Católicos y protestantes está entonces este asunto del canon de las Sagradas Escrituras. El “canon” es simplemente la lista oficial de los libros inspirados de la Biblia. En las Biblias protestantes faltan siete libros enteros y partes de otros.[1] En la Iglesia Católica se llama a estos libros deuterocanónicos y se los considera inspirados. Los protestantes los consideran “apócrifos” y los califican de escrituras “espurias.”

Cuando Cristo predicó el Evangelio, en el primer siglo de la era cristiana, había entonces dos versiones del Antiguo Testamento. Uno era el Canon Palestino, que es idéntico al Antiguo Testamento de las Biblias protestantes. El otro era el Canon de Alejandría que es esencialmente el mismo que el Antiguo Testamento católico. Al este último se lo conoce también como la Traducción de los Setenta, la Ptolemaica, o Septuaginta. Se lo identifica con frecuencia con los números romanos LXX o sea, setenta.

La Iglesia no eligió usar el Canon Alejandrino por capricho sino porque los apóstoles y la Iglesia de los primeros siglos lo usaron y lo citaron con frecuencia. El Antiguo Testamento se cita numerosas veces en el Nuevo, más de trescientas veces y la gran mayoría de esas citas provienen de la Traducción de los Setenta, Septuaginta.

El Canon Palestino, también conocido como el Canon de Jamnia, fue escrito en los idiomas originales del Antiguo Testamento, el hebreo y el arameo. Los protestantes aducen que San Pablo escribió en Romanos 3:2 “A los judíos les fueron confiados los oráculos de Dios” y así le pasan a los judíos la responsabilidad y la autoridad de decidir qué libros deben ser contados en el Antiguo Testamento. Este es otro razonamiento torcido, pues ambos cánones provienen de fuentes judaicas y por lo tanto se deduce que en Romanos 3:2 San Pablo debe estar hablando de otra cosa.

Existió efectivamente una escuela rabínica en Jamnia, en un tiempo dirigida por el Rabino Yochanan ben Zakai. Este respetable Rabino y otros judíos buscaban una salida al judaísmo después del desastre del año 70 cuando el Templo fue destruído y la mayoría de los habitantes de Palestina fueron dispersados. Hay que tener en cuenta que este dramático golpe al nacionalismo judío puso a los sobrevivientes en un estado de ánimo antagónico al mundo greco-romano, que había asolado despiadadamente el Templo y la santa ciudad de Jerusalem.

El grupo sobreviviente al desastre era mayormente fariseo, que aceptaba la Torah (תּוֹרָה) la Ley de Moisés, pero también tenía en gran estima los profetas (Neviim, נְבִיאִים) y los Escritos (כְּתוּבִים Ketuvim). Tanakh son las iniciales hebreas de cada una de esas tres partes que componen el Antiguo Testamento. A finales del siglo II se conformaron el canon del Antiguo Testamento judío y las reglas de inclusión correspondientes: que el libro en cuestión hubiera sido escrito con anterioridad al año 300 a.C. antes que los griegos de Antíoco helenizaran la cultura hebrea. Estos libros debían ser escritos en hebreo o arameo pero jamás en griego y debía tener un contenido claramente dirigido al pueblo de Israel.

Estamos hablando de fines del segundo siglo, más de ciento cincuenta años después de la muerte de Jesús y casi cien años después de la muerte del último apóstol cristiano. Claramente, la era cristiana estaba en franco desarrollo y la era judaica había llegado al fin de su etapa levítica, comenzando ahora su etapa rabínica. Si aplicamos prolijamente las reglas judías al tiempo que fueron escritas, entonces debiéramos dejar afuera a los Evangelios, el Apocalipsis de San Juan, y las Cartas Apostólicas, todos los cuales fueron rechazados por los judíos.

Contrario a lo que muchos protestantes suponen, la Biblia cristiana no cayó del cielo escrita en inglés del siglo XVI. En los principios de la era cristiana, la Biblia estaba limitada al Antiguo Testamento y los creyentes cristianos se educaban en la fe por medio de la palabra de los apóstoles y obispos fielmente ordenados. Esos primeros años de la fe cristiana fueron marcados por crueles persecuciones. El poder imperial se extendía por todo el mundo antiguo y era hostil a la Iglesia. No pocos Papas, Patriarcas y Obispos fueron martirizados. En esos largos años de opresión, los apóstoles primero y los padres apostólicos después, escribieron cartas exhortando y aconsejando a la Iglesia. ¡A ningún cristiano del siglo II se le hubiera pasado por la cabeza ir a preguntarle los venerables rabinos de Palestina, qué libros eliminar en el Antiguo Testamento!

El Canon Católico

Eventualmente hubo una serie de Sínodos como el de Hipona, en el año 393, y el de Cartago, en 397. En estas reuniones de obispos que ahora no corrían el riesgo de ser capturados por el emperador pagano de turno, se fueron recopilando y confirmando los libros del Nuevo Testamento y se confirmó el Canon Alejandrino para el Antiguo Testamento. En esto se ve la mano de la Divina Providencia que puso las Escrituras al alcance de la naciones que iban a ser evangelizadas. Para ese tiempo el griego de la Septuaginta era mucho más leido que el hebreo, el siríaco, o el arameo. Por eso se puede ver con bastante claridad, cómo el Espíritu Santo fue ordenando las cosas para que se formara el canon cristiano de las Escrituras a pesar de las muchas tribulaciones pasadas. Dios usó la Iglesia que él mismo había establecido sobre el cimiento de los doce apóstoles y de esa manera hizo evidente tanto la gracia de Dios como la acción del Espíritu Santo en la formación de los fieles y en la evangelización del mundo.

Efesios 4:11-16 — Y él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error[a]; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.

Hubo un largo proceso de selección que requirió muchos años. La primera Carta de Clemente a los Corintios[2] era considerada inspirada por una gran mayoría, hoy la consideramos parte del magisterio infalible de la Iglesia. La inspiración del Apocalipsis de San Juan, de la Epístola Universal de Santiago, y de la Epístola a los Hebreos fue discutida en diferentes ocasiones. Finalmente quedaron dentro del canon cristiano los escritos que tenían una firme raíz apostólica. Ese canon existió por muchos siglos hasta que un monje agustino llamado Martín Lutero decidió rebelarse contra Roma y contra el Papa.

Uno de los muchos desacuerdos doctrinales que Lutero tenía con Roma era la doctrina del Purgatorio. Lutero no creía en el Purgatorio, las oraciones por los difuntos y algunas cuantas cosas más. Sin embargo el problema mayor de Lutero era que varias partes de los libros primero y segundo de los Macabeos daban claramente por tierra con sus nuevas doctrinas. Lutero quería establecer también la doctrina propia de Sola Scriptura o sea, que solamente la Escritura se usara para definir la doctrina ¿Qué hacer?

Pues, como todos los líderes disidentes con Roma habían hecho antes, Lutero siguió el principio herético de: “si la Escritura contradice tu teología, entonces altera la Escritura” y “si la Historia contradice a tus ideas, entonces vuelve a escribir la Historia.” La Biblia protestante sería aún más corta si Lutero hubiera terminado de “limpiarla” de “doctrinas inconvenientes”[3]

Sin duda, Lutero le tenía ojeriza al Apocalipsis debido a esta cita:

Apocalipsis 22:18-19 — Yo doy testimonio a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro:si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro; y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.

Con buena razón, los padres sinodales y conciliares que compusieron el canon cristiano en la Iglesia Católica, dejaron el Apocalipsis de San Juan para el final. Así la Biblia cristiana termina con una advertencia que resuena a través de los siglos.

Alguien que ama las Escrituras, debe por fuerza amar a la Iglesia que se las dio, y también al Dios que nos dio la enorme e inmerecida gracia de poder estar en ella. Con justicia dijo el salmista:

Salmo 27:4 — Una cosa he pedido al Señor, y ésa procuraré:habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y buscarlo en su Santo Templo.

Todos los libros del Canon Católico fueron puestos allí por el Señor para instrucción de su Iglesia, para que ésta lo busque a él, el Todopoderoso y para que al aprender de sus santos propósitos, le demos gloria para siempre jamás. Ningún ser humano tiene derecho a negar el regalo que Dios nos ha hecho en las Sagradas Escrituras pues allí también se cumple el dicho que tantas veces escuchamos livianamente en las bodas que, “Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe ningún hombre.”

APÉNDICE 

Lista de citas de los Deuterocanónicos en el Nuevo Testamento

Las Escrituras inspiradas a las que San Pablo se refiere en 2 Timoteo 3:15-16 incluyen los textos deuterocanónicos, pues Lutero los removió del canon protestante quince siglos después. Los libros de Baruc, Tobías, ambos Macabeos, Judit, Eclesiástico, Sabiduría y los fragmentos griegos de Daniel y Esther eran parte de la Septuaginta que tanto Jesús como los apóstoles usaron. Baste recordar que ni Jesús, ni los apóstoles jamás modificaron el canon de las Escrituras de su día. Las modificaciones las efectúan los judíos anticristianos del siglo II y luego los seguidores de la Reforma Alemana en el siglo XVI.

2 Timoteo 3:15-16 — Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.

Jesús se refiere a la sabiduría del rey Salomón, guardada en el libro de Sabiduría.

Mateo 12:42 — En el día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.

BARUC

Lucas 13:29 – “Hombres vendrán de oriente y occidente a alabar a Dios.”

Baruc 4:37 — Ahí llegan tus hijos, los que habías visto partir; llegan reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo por la gloria de Dios.

Juan 3:13 – “¿Quién ha subido a los cielos sino el que bajó del cielo?”

Baruc 3:29 — Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su insensatez. ¿Quién subió al cielo para tomarla y hacerla bajar de las nubes?

1 Corintios 10:20 – “lo que los paganos sacrifican, a demonios lo consagran.”

Baruc 4:7-8 — Vosotros irritasteis a vuestro Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios; olvidasteis al Dios, eterno, el que os sustenta, y entristecisteis a Jerusalem, la que os crió.

ECLESIÁSTICO, SIRAC, SIRÁCIDA, BEN SIRAH

Apocalipsis 5:7 – Dios se sienta en su glorioso trono.

Eclesiástico 1:8 — Sólo uno es sabio, temible en extremo: el Señor, que está sentado en su trono.

Santiago 3:13 – La importancia de la humildad.

Eclesiástico 3:17 — Hijos, escuchadme a mí, que soy vuestro padre; haced lo que os digo, y así os salvaréis. Porque el Señor quiere que el padre sea respetado por sus hijos y confirmó el derecho de la madre sobre ellos. El que honra a su padre expía sus pecados y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro. El que honra a su padre encontrará alegría en sus hijos y cuando ore, será escuchado. El que respeta a su padre tendrá larga vida y el que obedece al Señor da tranquilidad a su madre. El que teme al Señor honra a su padre y sirve como a sus dueños a quienes le dieron la vida.

Santiago 1:19 – El hombre debe ser rápido para escuchar y lento para responder.

Eclesiástico 5:10-12 — Sé firme en tus convicciones y que tu palabra sea una sola. Está siempre dispuesto a escuchar y sé lento para responder. Si sabes, responde a tu prójimo; de lo contrario, quédate callado.

Lucas 1:46-55 – El Magnificat profetiza que los poderosos caerán de sus tronos y que los humildes serán exaltados.

Eclesiástico 10:14 — El Señor derribó los tronos de los poderosos y entronizó a los mansos en lugar de ellos.

1 Pedro 1:17 – Dios juzga a todos de acuerdo a sus obras.

Eclesiástico 16:11-14 — Aunque fuera uno solo el hombre obstinado, sería un milagro que quedara impune, porque en él está la misericordia, pero también la ira, es tan fuera para el perdón como pródigo para la ira. Tan grande como su misericordia es su reprobación: él juzga a cada uno según sus obras. El pecador no escapará con su presa ni será defraudada la constancia de los buenos. El tiene en cuenta cada limosna y cada uno recibirá conforme a sus obras.

Juan 6:35-59 – Sermón eucarístico de Jesús.

Eclesiástico 24:21-22 — Los que me coman, tendrán hambre todavía, los que me beban, tendrán más sed. El que me obedezca, no se avergonzará, y los que me sirvan, no pecarán.

Hebreos 12:12 – Describe manos cruzadas y rodillas flojas.

Eclesiástico 25:23 — Corazón abatido, rostro sombrío y pena del alma es una mala mujer. Manos inertes y rodillas paralizadas es la mujer que no hace feliz al marido.

Mateo 7:16-20; Mateo 12:34; Lucas 22:31; Amós 9:9 – El buen árbol da buen fruto.

Eclesiástico 27:4-6 — Cuando se zarandea la criba, queda el tamo: así los desechos de un hombre aparecen en sus palabras. El horno pone a prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en sus conversación. El árbol bien cultivado se manifiesta en sus frutos; así la palabra expresa la índole de cada uno.

La frase de Jesús “caer al filo de la espada” aparece en Eclesiástico.

Eclesiástico 28:18 — Muchos han caído al filo de la espada, pero son menos que los caídos a causa de la lengua.

Santiago 5:3 – Las riquezas son corruptibles.

Eclesiástico 29:9-13 — Socorre al pobre para cumplir el mandamiento y, en su indigencia, no lo despidas con las manos vacías. Pierde tu dinero por un hermano y un amigo: que no se herrumbre bajo una piedra y lo pierdas. Deposita tu tesoro según los mandamientos del Altísimo y te reportará más provecho que el oro; que el tesoro encerrado en tus graneros sea la limosna, y ella te preservará de todo mal: mejor que un fuerte escudo y una lanza pesada combatirá a tu favor frente al enemigo.

Mateo 6:19-20 – Tesoros incorruptibles en el cielo.

Eclesiástico 29:10-12 — Pierde tu dinero por un hermano y un amigo:que no se herrumbre bajo una piedra y lo pierdas. Deposita tu tesoro según los mandamientos del Altísimo y te reportará más provecho que el oro; que el tesoro encerrado en tus graneros sea la limosna, y ella te preservará de todo mal.

En Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6 – Dios no es parcial.

Eclesiástico 35:12 — No pretendas sobornarlo con un don, porque no lo aceptaría, y no te apoyes en un sacrificio injusto. Porque el Señor es juez y no hace distinción de personas:no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.

1 Corintios 6:12-13; 10:23-26 – Los excesos son malos, debemos saber controlarnos.

Eclesiástico 36:18 — El estómago asimila toda clase de alimentos, pero hay unos mejores que otros.

Eclesiástico 37:27-31 — Hijo mío, para tu régimen de comida, pruébate a ti mismo: mira qué te hace mal y prívate de ello. Porque no todo es conveniente para todos ni a todos les gusta lo mismo. No seas insaciable de placeres ni te excedas en las comidas. Porque el exceso en las comidas acarrea enfermedades y la glotonería provoca cólicos. La glotonería causó la muerte de muchos, pero el que se cuida prolongará su vida.

Marcos 4:5,16-17 – Las semillas que caen en terreno rocoso.

Eclesiástico 40:15 — Los retoños de los impíos no multiplican sus ramas, y las raíces impuras están sobre una roca escarpada.

Romanos 4:17 – Abraham es el padre de muchas naciones.

Eclesiástico 44:19-20 — Abraham es padre insigne de una multitud de naciones, y no hubo nadie que lo igualara en su gloria. El observó la Ley del Altísimo y entró en alianza con él; puso en sus carne la señal de esta alianza y en la prueba fue hallado fiel.

Apocalipsis 8:7 – Lluvia de fuego y granizo.

Eclesiástico 39:28-29 — Hay vientos que fueron creados para el castigo, y en sus furor, él los hace más impetuosos: en el momento de la destrucción, desencadenan su violencia y apaciguan el furor de aquel que los hizo. Fuego, granizo, hambre y peste: todo esto fue creado para el castigo.

Sabiduría 16:22 — La nieve y el hielo resistían al fuego sin derretirse, a fin de que supieran que solamente los frutos de los enemigos eran destruidos por el fuego que ardía en medio del granizo y fulguraba bajo la lluvia.

Hebreos 11:5; 2 Reyes 2:1-13 – Enoc y Elías asumidos a los cielos.

Eclesiástico 44:16 — Enoc agradó al Señor y fue trasladado, él es modelo de conversión para las generaciones futuras.

Eclesiástico 48:4-9 — ¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú despertaste a un hombre de la muerte y de la morada de los muertos, por la palabra de Altísimo. Tú precipitaste a reyes en la ruina y arrojaste de su lecho a hombres insignes: tú escuchaste un reproche en el Sinaí y en el Horeb una sentencia de condenación; tú ungiste reyes para ejercer la venganza y profetas para ser tus sucesores tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego por un carro con caballos de fuego.

Sabiduría 4:10 — Porque se hizo agradable a Dios, el justo fue amado por él, y como vivía entre los pecadores, fue trasladado de este mundo.

1 Samuel 28:7-20 – Profecía y mediación de Samuel para Saúl.

Eclesiástico 46:20 —  Después de su muerte, todavía profetizó y anunció su fin al rey; alzó su voz desde el seno de la tierra, y profetizó para borrar la iniquidad del pueblo.

JUDIT

Mateo 9:36 – El pueblo estaba como ovejas sin pastor.

Judit 11:19 — Luego te conduciré a través de la Judea hasta las puertas de Jerusalem, y pondré tu sitial en medio de ella. Tú los conducirás como a ovejas que no tienen pastor, y ni siquiera un perro se atreverá a ladrar ante ti. Todas estas cosas me fueron comunicadas anticipadamente, y yo he sido enviada a anunciártelas.

Lucas 1:39-56 – Canto de Isabel bendiciendo a María por sobre todas las mujeres.

Judit 13:18 — Ozías, por su parte, dijo a Judit:”Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía, más que a todas las mujeres de la tierra; y bendito sea el Señor Dios, creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos.”

Marcos 9:48 – Donde la cresa no muere y el fuego no se apaga.

Judit 16:17 — ¡Ay de las naciones que se levantan contra mi pueblo! El Señor todopoderoso los castigará en el día del Juicio:pondrá en su carne fuego y gusanos, y gemirán de dolor eternamente.

MACABEOS

Mateo 24:15 – La “abominación desoladora.”

1 Macabeos 1:54 — El día quince del mes de Kislev, en el año ciento cuarenta y cinco, el rey hizo erigir sobre el altar de los holocaustos la Abominación de la desolación. También construyeron altares en todos las ciudades de Judá.

2 Macabeos 8:17 — Cuando el Macabeo reunió a sus seguidores, unos seis mil en total, los exhortó a que no se dejaran acobardar por los enemigos ni se amedrentaran ante la inmensa multitud de gente que venía a atacarlos injustamente. Los animó asimismo a que lucharan con entusiasmo, teniendo bien presente los ultrajes perpetrados contra el Santuario, las violencias contra la ciudad humillada y la supresión de las costumbres de sus antepasados.

Mateo 24:16 – La huída de los siervos de Dios a las montañas.

1 Macabeos 2:28 — Y abandonando todo lo que poseían en la ciudad, él y sus hijos huyeron a las montañas.

Santiago 2:23 – Así se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación, y fue llamado amigo de Dios.

1 Macabeos 2:52 — ¿Acaso Abraham no fue hallado fiel en la prueba y por eso Dios lo contó entre los justos?

Hechos 1:15 – la referencia numérica de los ciento veinte puede estar relacionada con las primicias de la resurrección y prefigurada por el ejército de Yehuda.

1 Macabeos 3:55 — Inmediatamente, Yehuda puso oficiales al frente del ejército: jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez mil hombres.

Juan 10:36 – Jesús confirma la inspiración de los libros de los Macabeos cuando compara la consagración de Hanukkah  con su propia consagración al Padre.

1 Macabeos 4:36 — Yehuda y sus hermanos dijeron: “Nuestros enemigos han sido aplastados; subamos a purificar el Santuario y a celebrar su dedicación.”

Juan 10:22 – La Fiesta de la Dedicación, Hannukkah.

1 Macabeos 4:59 — Yehuda, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Kislev, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.

Apocalipsis 11:19 – La visión del Arca de Dios rodeada de gloria fue profetizada en el segundo libro de los Macabeos.

2 Macabeos 2:1-7 — Consta en los archivos que el profeta Jeremías ordenó a los deportados que tomaran fuego, como ya se ha indicado, y que el profeta, después de entregarles la Ley, les mandó que no olvidaran los preceptos del Señor, ni se desviaran al ver los ídolos de oro y plata y la pompa que los rodeaba. Entre otras recomendaciones similares, los exhortaba una y otra vea a que no apartaran la Ley de sus corazones. Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios. Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. Algunos de sus acompañantes volvieron para poner señales en el camino, pero no pudieron encontrarlo. Y cuando Jeremías se enteró de esto, los reprendió, diciéndoles: “Ese lugar quedará ignorado hasta que Dios tenga misericordia de su pueblo y lo reúna.”

Lucas 24:4; Hechos 1:10 – Ángeles hermosos con gloriosas vestiduras.

2 Macabeos 3:26 — También se le aparecieron otros dos jóvenes de extraordinario vigor, resplandecientes por su hermosura y vestidos espléndidamente: ellos se pusieron uno a cada lado y lo azotaban sin cesar, moliéndolo a golpes.

Apocalipsis 19:11 – Descripción del Señor montado en un caballo blanco.

2 Macabeos 3:25 — Porque se les apareció un caballo montado por un temible jinete y ricamente enjaezado, el cual, arrojándose con ímpetu, levantó contra Heliodoro sus cascos delanteros. El jinete aparecía cubierto con una armadura de oro.

1 Corintios 15:29 – Expiación por los muertos.

2 Macabeos 12:43-45 — Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalem  para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. El realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección, porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos. Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.

1 Timoteo 6:15 – Dios Supremo Señor del Universo.

2 Macabeos 12:15 — Yehuda y sus compañeros – después de invocar al Supremo Señor del universo que, sin arietes ni máquinas de guerra, derribó a Jericó en tiempos de Josué – asaltaron ferozmente la muralla.

Hebreos 11:35 – Testimonio del martirio y resurrección.

2 Macabeos 7:1-42 — También fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: “¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres.” El rey, fuera de sí, mandó poner al fuego sartenes y ollas, y cuando estuvieron al rojo vivo, ordenó que cortaran la lengua al que había hablado en nombre de los demás, y que le arrancaran el cuello cabelludo y le amputaran las extremidades en presencia de sus hermanos y de su madre. Cuando quedó totalmente mutilado, aunque aún estaba convida, mandó que lo acercaran al fuego y lo arrojaran a la sartén. Mientras el humo de la sartén se extendía por todas partes, los otros hermanos y la madre se animaban mutuamente a morir con generosidad, diciendo: “El Señor Dios nos está viendo y tiene compasión de nosotros, como lo declaró Moisés en el canto que atestigua claramente: “El Señor se apiadará de sus servidores.” Una vez que el primero murió de esta manera, llevaron al suplicio al segundo. Después de arrancarle el cuero cabelludo, le preguntaron: “¿Vas a comer carne de cerdo, antes que sean torturados todos los miembros de tu cuerpo?” Pero él, respondiendo en su lengua materna, exclamó: “¡No!” Por eso, también él sufrió la misma tortura que el primero. Y cuando estaba por dar el último suspiro, dijo: “Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes.” Después de este, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos y dijo con valentía: “Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de él.” El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos. Una vez que murió este, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios. Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: “Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.” En seguida trajeron al quinto y comenzaron a torturarlo. Pero él, con los ojos fijos en el rey, dijo: “Tú, aunque eres un simple mortal, tienes poder sobre los hombres y por eso haces lo que quieres. Pero no creas que Dios ha abandonado a nuestro pueblo. Espera y verás cómo su poder soberano te atormentará a ti y a tu descendencia.” Después de este trajeron al sexto, el cual, estando a punto de morir, dijo: “No te hagas vanas ilusiones, porque nosotros padecemos esto por nuestra propia culpa; por haber pecado contra nuestro Dios, nos han sucedido cosas tan sorprendentes. Pero tú, que te has atrevido a luchar contra Dios, no pienses que vas a quedar impune.” Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias a la esperanza que tenía puesta en el Señor. Llena de nobles sentimientos, exhortaba a cada uno de ellos, hablándoles en su lengua materna. Y animando con un ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía: “Yo no sé cómo vosotros aparecisteis en mis entrañas; no fui yo la que os dio el espíritu y la vida ni la que ordenó armoniosamente los miembros de vuestro cuerpo. Pero sé que el Creador del universo, el que plasmó al hombre en su nacimiento y determinó el origen de todas las cosas, os devolverá misericordiosamente el espíritu y la vida, ya que os olvidáis ahora de vosotros mismos por amor de sus leyes.” Antíoco pensó que se estaba burlando de él y sospechó que esas palabras eran un insulto. Como aún vivía el más joven, no sólo trataba de convencerlo con palabras, sino que le prometía con juramentos que lo haría rico y feliz, si abandonaba las tradiciones de sus antepasados. Le aseguraba asimismo que lo haría su Amigo y le confiaría altos cargos. Pero como el joven no le hacía ningún caso, el rey hizo llamar a la madre y le pidió que aconsejara a su hijo, a fin de salvarle la vida. Después de mucho insistir, ella accedió a persuadir a su hijo. Entonces, acercándose a él y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua materna: “Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, te amamanté durante tres años y te crié y eduqué, dándote el alimento, hasta la edad que ahora tienes. Yo te suplico, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y al ver todo lo que hay en ellos, reconozcas que Dios lo hizo todo de la nada, y que también el género humano fue hecho de la misma manera. No temas a este verdugo: muéstrate más bien digno de tus hermanos y acepta la muerte, para que yo vuelva a encontrarte con ellos en el tiempo de la misericordia.” Apenas ella terminó de hablar, el joven dijo: “¿Qué esperáis? Yo no obedezco el decreto del rey, sino las prescripciones de la Ley que fue dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, que eres el causante de todas las desgracias de los hebreos, no escaparás de las manos de Dios. Es verdad que nosotros padecemos a causa de nuestros propios pecados; pero si el Señor viviente se ha irritado por un tiempo para castigarnos y corregirnos, él volverá a reconciliarse con sus servidores. Tú, en cambio, el más impío e infame de todos los hombres, no te engrías vanamente ni alientes falsas esperanzas, levantando tu mano contra los hijos del Cielo, porque todavía no has escapado al juicio del Dios todopoderoso que ve todas las cosas. Nuestros hermanos, después de haber soportado un leve tormento, gozan ahora de la vida inagotable, en virtud de la Alianza de Dios. Pero tú, por el justo juicio de Dios, soportarás la pena merecida por tu soberbia. Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios. ¡Ojalá que se detenga en mí y en mis hermanos la ira del Todopoderoso, justamente desencadenada sobre todo nuestro pueblo! El rey, fuera de sí y exasperado por la burla, se ensañó con él más cruelmente que con los demás. Así murió el último de los jóvenes, de una manera irreprochable y con entera confianza en el Señor. Finalmente murió la madre, después de todos sus hijos. Pero basta con esto para informar acerca de los banquetes rituales y de la magnitud de los suplicios.

SABIDURÍA 

Los dichos del rey Salomón fueron registrados y hechos parte de los libros deuterocanónicos en el libro de la Sabiduría. El decreto de Herodes en Mateo 2:16 ordenando la matanza de los Santos Inocentes está profetizado en el libro de la Sabiduría 11:6-8.

Sabiduría 11:6-8 — En lugar de la vertiente perenne de un río, enturbiado por una mezcla de sangre y barro, como castigo por un decreto infanticida, les diste, contra toda esperanza, un agua abundante, mostrándoles por la sed que soportaron entonces cómo habías castigado a sus adversarios.

Mateo 16:18 – Jesús hace referencia a los “poderes de la muerte” y “las puertas del infierno” como está escrito en el libro de la Sabiduría.

Sabiduría 16:13 — Porque tú tienes poder sobre la vida y la muerte, haces bajar a las puertas del Sheol y haces subir de allí.

Los burladores en Mateo 27:43 repiten “Si es el Hijo de Dios, que Dios lo libre de sus adversarios” parafraseando una parte del libro de la Sabiduría.

Sabiduría 2:13-20 — “El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos resulta insoportable, porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes. Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.”

Santiago 5:6 – “Que Dios venga a salvarlo, ya que ha dicho ser hijo de Dios.”

Sabiduría 2:10-20 — Oprimamos al pobre, a pesar de que es justo, no tengamos compasión de la viuda ni respetemos al anciano encanecido por los años. Que nuestra fuerza sea la norma de la justicia, porque está visto que la debilidad no sirve para nada. Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos resulta insoportable, porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes. Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.

Juan 5:18 – Jesús afirma que Dios es su Padre.

Sabiduría 2:16 — Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios.

Romanos 5:12 – La muerte y el pecado entraron en el mundo.

Sabiduría 2:23-24 — Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza, pero por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo, y los que pertenecen a él tienen que padecerla.

1 Pedro 1:6-7 – El fuego de las pruebas y las purgaciones de Dios purifican a los justos.

Sabiduría 3:5-6 — Por una leve corrección, recibiréis grandes beneficios, porque Dios os puso a prueba y os encontró dignos de él. Os probó como oro en el crisol y os aceptó como un holocausto.

Eclesiástico 2:5 — Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.

Juan 15:6 – Las ramas que no producen fruto son cortadas.

Sabiduría 4:5 — […] sus ramas serán quebradas cuando todavía estén tiernas, sus frutos serán inservibles; no estarán maduros para ser comidos ni prestarán ninguna utilidad.

2 Timoteo 4:8 – El justo, rechazado por el mundo, es premiado con la gloria de Dios.

Sabiduría 5:17-20 — Este es el que antes poníamos en ridículo y convertíamos en objeto de escarnio. ¡Insensatos de nosotros! Su vida nos parecía una locura y su fin una ignominia ¿Cómo ha sido incluido entre los hijos de Dios y participa de la herencia de los santos?

Efesios 6:14; 1 Tesalonicenses 5:8; Isaiah 59:17 – La coraza, armadura, espada, escudo como metáfora de los elementos de la fe.

Sabiduría 5:17-19 — Tomará su celo por armadura y armará a la creación para vengarse de sus enemigos; vestirá como coraza la justicia, ceñirá como casco un juicio inapelable; tomará como escudo su santidad invencible,

Efesios 1:17 – Oración para recibir el Espíritu de Dios.

Sabiduría 7:7 — Por eso oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría.

Juan 4:48; Hechos 5:12; 15:12; 2 Corintios 12:12 – El mismo uso de “señales y prodigios.”

Sabiduría 8:8 — ¿Deseas, además, tener mucha sabiduría? Ella conoce el pasado y puede prever el porvenir, interpreta las máximas y descifra los enigmas, conoce de antemano las señales y los prodigios, la sucesión de las épocas y de los tiempos.

Juan 1:3 – Todas las cosas las ha hecho Dios.

Sabiduría 9:1 — Dios de Nuestros Padres y Señor misericordioso, que hiciste todas las cosas con tu Palabra.

1 Corintios 2:16 – Nadie puede conocer la mente de Dios.

Sabiduría 9:13 — ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor?

2 Pedro 2:7 – Rescate de Lot, el hombre justo.

Sabiduría 10:6 — Cuando eran exterminados los impíos, ella [la sabiduría] libró a un justo, escapado del fuego que caía sobre las Cinco Ciudades.

Romanos 1:23 – Todas las variantes del pecado de la idolatría. Los dioses falsos de oro y plata son obra de hombres.

Sabiduría 11:15; 12:24-27; 14:8 — […] 11:15 A causa de sus insensatos e injustos pensamientos, que los extraviaban hasta hacerles rendir culto a reptiles irracionales y a insectos despreciables, tú les enviaste como castigo una multitud de animales irracionales […] 12:24-27 porque se habían extraviado demasiado lejos, por los caminos del error, tomando por dioses a los animales más viles y despreciables y dejándose engañar como niños sin juicio. Entonces, como a niños que no razonan, les enviaste un castigo irrisorio. Pero aquellos que no se enmendaron con esa corrección irrisoria soportarán un juicio digno de Dios. Exasperados por los animales que los hacían sufrir y viéndose castigados por aquellos a quienes tenían por dioses, reconocieron como Dios verdadero al que antes se negaban a conocer. Por eso se abatió sobre ellos todo el rigor de la condena. Es así, que cayó sobre ellos el peor de los castigos.[…] 14:18 La ambición del artista contribuyó a extender este culto, atrayendo incluso a los que ni siquiera conocían al rey,

Sabiduría 13:10 — ¡Desgraciados, porque han puesto su esperanza en cosas muertas, los que llamaron dioses a obras fabricadas por las manos del hombre, al oro y la plata trabajados con arte, a figuras de animales, o a una piedra sin valor esculpida por una mano antigua!

Hechos 17:29; Romanos 1:20; 1 Corintios 8:5-6 – Hay muchos “dioses” pero uno solo es el Señor Todopoderoso.

Sabiduría 13:1-9 — Sí, vanos por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios, los que, a partir de las cosas visibles, no fueron capaces de conocer a “Aquel que es” al considerar sus obras, no reconocieron al Artífice. En cambio, tomaron por dioses rectores del universo al fuego, al viento, al aire sutil, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a los astros luminosos del cielo. Ahora bien, si fascinados por la hermosura de estas cosas, ellos las consideraron como dioses, piensen cuánto más excelente es el Señor de todas ellas, ya que el mismo Autor de la belleza es el que las creó. Y si quedaron impresionados por su poder y energía, comprendan, a partir de ellas, cuánto más poderoso es el que las formó. Porque, a partir de la grandeza y hermosura de las cosas, si llega, por analogía, a contemplar a su Autor. Sin embargo, estos hombres no merecen una grave reprensión, porque tal vez se extravían buscando a Dios y queriendo encontrarlo; como viven ocupándose de sus obras, las investigan y se dejan seducir por lo que ven: ¡tan bello es el espectáculo del mundo! Pero ni aún así son excusables: si han sido capaces de adquirir tanta ciencia para escrutar el curso del mundo entero, ¿cómo no encontraron más rápidamente al Señor de todo?

Romanos 1:24-27 – La idolatría está asociada con la fornicación.

Sabiduría 14:12, 24-27 — La invención de los ídolos es el origen de la fornicación, y su descubrimiento, la corrupción de la vida.

Romanos 9:21 – Metáfora del alfarero.

Sabiduría 15:7 — Así un alfarero amasa laboriosamente la tierra blanda y modela cada uno de los objetos que usamos. Con la misma arcilla modela indistintamente objetos destinados a un uso noble y otros que tendrán un destino contrario; pero es el alfarero el que decide cuál será la función de cada uno de ellos.

Apocalipsis 9:3 – Plagas como castigo sobre la tierra.

Sabiduría 16:8-9 — Así demostraste a nuestros enemigos que eres tú el que libra de todo mal: ellos murieron por la picadura de langostas y moscas, y no se podía encontrar un remedio para sus vidas, porque merecían ser castigados por esos animales.

Apocalipsis 2:12; Hebreos 4:12 – La divina espada de dos filos.

Sabiduría 18:16 — Cuando un silencio apacible envolvía todas las cosas, y la noche había llegado a la mitad de su rápida carrera, tu Palabra omnipotente se lanzó desde el cielo, desde el trono real, como un guerrero implacable, en medio del país condenado al exterminio. Empuñando como una espada afilada tu decreto irrevocable, se detuvo y sembró la muerte por todas partes: a la vez que tocaba el cielo, avanzaba sobre la tierra.

1 Corintios 10:1 – Israel pasó por la nube, una prefiguración del bautismo cristiano.

Sabiduría 19:7 — Se vio a la nuble cubrir el campamento con su sombra y emerger la tierra seca de lo que antes era agua; apareció en el Mar Rojo un camino despejado y una verde llanura, entre las olas impetuosas.

TOBÍAS

La historia de Sara torturada por demonio Asmodeo que mataba a los esposos de la pobre mujer, según lo relata el libro de Tobías. Esa historia se cita en Lucas 20:29-32 y además en Marcos 12:20-22, y en Mateo 22:25-27.

Tobías 3:7-8 — Sucedió aquel mismo día, que también Sarra, hija de Ragüel, el de Ecbátana de Media, fue injuriada por una de las esclavas de su padre, porque había sido dada en matrimonio a siete hombres, pero el malvado demonio Asmodeo los había matado antes de que se unieran a ella como casados. La esclava le decía:”¡Eres tú la que matas a tus maridos! Ya has tenido siete, pero ni de uno siquiera has disfrutado.”

Mateo 7:12 – La “regla de oro” se encuentra también en Tobías 4:15.

Tobías 4:15 — No hagas a nadie lo que no te agrada que te hagan a ti.

Mateo 11:25 – La expresión “Señor del Cielo y de la Tierra” se usa en Tobías 7:18.

Tobías 7:18 — Sé valiente, mi niña; El Dios del Cielo y de la Tierra tornará en gozo tus penas. ¡Sé valiente, hija mía!

Lucas 2:29 – El cántico de Simeón es como el de Tobías.

Tobías 11:9 — La madre corrió a echarse al cuello de su hijo, diciéndole:”¡Ahora sí que puedo morir, porque te he vuelto a ver, hijo mío!” Y se puso a llorar.

Apocalipsis 1:4 – Los siete espíritus que dan testimonio delante del Trono de Dios.

Tobías 12:15 — Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia.

Apocalipsis 8:3-4 – Las oraciones de los santos son presentadas delante de Dios.

Tobías 12:12,15 — Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de vuestras peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. Pero Dios también me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia.

Apocalipsis 19:1 – Aleluya para celebrar a Jerusalem.

Tobías 13:18 — Las puertas de Jerusalem resonarán con cantos de alegría; y todas sus casas dirán: ¡Aleluya! ¡Bendito sea el Dios de Israel! Y los elegidos bendecirán el Nombre santo, por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 21:19 – Jerusalem hecha de piedras preciosas representando la justicia.

Tobías 13:17 — Porque Jerusalem será reconstruida, y también su Templo por todos los siglos! ¡Feliz de mí, si queda alguien de mi descendencia para ver tu gloria y celebrar al Rey del cielo! Las puertas de Jerusalem serán hechas de zafiro y esmeralda, y todos sus muros, de piedras preciosas; las torres de Jerusalem serán construidas de oro, y sus baluartes, de oro puro. Las calles de Jerusalem serán pavimentadas de rubíes y de piedras de Ofir.


 

[1] Los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento objetados mayormente por el Protestantismo son:El Libro de Tobías, el Libro de Judit, partes del Libro de Ester, del Libro de la Sabiduría, del EclesiásticoSirácida o Ben Sirac, del Libro de Baruc, La Carta de Jeremías en Baruc 6, partes del Libro de Daniel: la Oración de Azarías en Daniel 3:24-50, El Himno de los tres jóvenes en Daniel 3:51-90, La Historia de Susana en Daniel 13, La Historia de Bel y el Dragón en Daniel 14, el Libro I de los Macabeos, y el Libro II de los Macabeos.

[2] Historia de la Iglesia, III, 16. Eusebio. La Primera Epístola de Clemente se ubica aproximandamente en 96 a.D. durante el reinado del emperador Domiciano.

[3] Aparte de los ya mencionados libros del Antiguo Testamento que fueron arrancados por los protestantes, Lutero también quería extirpar la Segunda Epístola Universal de San Pedro; la Epístola a los Hebreos, La Epístola Universal de Santiago, las dos últimas Epístolas Universales de San Juan, la Epístola Universal de San Judas Tadeo, y el Apocalipsis de San Juan. No pudo hacerlo pues otros protestantes con mejor sentido, se le opusieron vehementemente.