Vademécum de Apologética Católica
Cuando los católicos rezamos el Santo Rosario, hay quienes nos acusan de desobedecer Mateo 6, 7 donde dice: «Y al orar, no charléis mucho , como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.» Sin embargo el Rosario es una oración bien fundamentada en la Escritura y al rezarla no estamos emulando a los paganos o gentiles sino más bien a los ángeles de los cielos.
Apocalipsis 4, 8 — Los cuatro vivientes tienen cada uno seis alas, están llenos de ojos todo alrededor y por dentro y repiten sin descanso día y noche: «Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, Aquel que era, que es y que va a venir.»
La visión de los cielos que describe San Juan revela que los ángeles y los santos rezan repitiendo sin cesar. Obviamente Jesús objetó la falta de sinceridad y la vacuidad de las oraciones paganas y no simplemente el hecho de que fueran repetitivas.
Salmo 136, 1-4 — ¡Dad gracias a Yahvé, porque es bueno, porque es eterno su amor! Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor; dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor. El solo hizo maravillas, porque es eterno su amor.
Este salmo, del que solo mostramos los primeros cuatro versos, repite constantemente la misma frase. Si consideramos a los salmos como inspirados por el Espíritu Santo ¿Debiéramos concluir que el Espíritu nos enseña a rezar los salmos de una manera contraria a la voluntad de Cristo? Vea también el salmo 150, donde la frase «Alabad al Señor» se repite once veces.
Según la Real Academia Española el significado de «vano» (del latín, vanus) es:
(1) Falto de realidad, sustancia o entidad; (2) Hueco, vacío, falto de solidez; (3) Dícese de algunos frutos de cáscara cuando su semilla o sustancia interior está seca o podrida; (4) Inútil, infructuoso, sin efecto; (5) Arrogante, presuntuoso, envanecido; (6) Irreverente, por ejemplo, ‘tomar el nombre del Señor en vano’.
Ninguna plegaria católica puede ubicarse bajo alguna de estas definiciones para ser calificadas de vanas ya que está completamente de acuerdo con las Escrituras, que no contienen ninguna enseñanza vana. Las plegarias del Rosario, el Ave María y el Padre Nuestro son perfectamente bíblicas, de hecho, forman parte de las Escrituras. Si fuera incorrecto rezar el Ave María entonces hubiera sido una equivocación de parte del ángel Gabriel pronunciar esas mismas palabras en Lucas 1, 28.